Juzguemos al bárbaro...nosotros los civilizados

En la actualidad vemos un constante enfrentamiento entre las personas, provocadas principalmente por la diferencia en creencias, gustos, etc., lo que ha llevado a que la comunidad en la que vivimos decaiga en un ambiente de conflicto, y, así mismo de desinterés, lo que lleva a crear un tipo “defensa” frente a esta diversidad.

Por otro lado encontramos el poder de la influencia por medio de la palabra, que se muestra en la lectura de Gulliver, en donde, en una isla este se gana la confianza de los líderes y se hace amigo pero a la vez no lo es, ya que esta por conveniencia al lado de ellos.

Tomando como referencia el caso de la muerte de un hincha de Nacional, que no es, cabe aclarar, el primero que sucede en el país pero si el más reciente en la que se evidencia la barbarie que nuestro país está viviendo, por la falta de integración, aceptación, y así mismo, educación a nivel cultural, por lo que se ve relacionado en la manera en que en ocasiones los ‘Yahoos’ actuaban de una manera irracional, lo que en este caso podría traducirse como la acción “injustificada” que tomo el hincha de Millonarios. Por lo tanto se ve como a pesar de las campañas del gobierno por disminuir este tipo de hechos aún  se ven personas que no toman conciencia y no dan un paso para apoyar a la sociedad a que aplique este mensaje, además estos hechos generan que la exclusión y los estereotipos aumenten hacia cierto tipo de personas.

Por lo tanto se ve reflejada la problemática social en donde el estado “centro” no es la zona principal de conflicto, sino lo barrios “periferia” en donde hay zonas de exclusión y el conflicto es el pan de cada día entre grupos creyentes de algo.

De acuerdo a la lectura “Los Viajes de Gulliver” y el caso del hincha de Nacional Carlos Medellín asesinado a manos de un hincha de Millonarios proponga:

Un plan de acción el cual tenga como fin plantear soluciones alternativas para que la actitud de asombro y rechazo momentáneo de las personas frente a actos barbaros como el del asesinato de Carlos Medellín no queden, después de un tiempo en el olvido.